viernes, 8 de mayo de 2015

Los negros búlgaros


¡Cuánto tiempo perdido
esperando la llegada
de tus negros búlgaros!

¿Vendrán a tomar cartas
en este cartilaginoso asunto?

¿Desharán el nudo inasible
de nuestras conversaciones?

Esos tipos fornidos y esquivos,
que nunca dicen una cosa por otra
y miran con ojos de taxidermista.

Trasegando aguardiente,
hablando de sus cosas,
ajenos a todo el dolor
que han causado, felices.

¡Cuánto tiempo perdido
esperando la llegada
de tus negros búlgaros¡

Ahora que los minutos
son migajas de pánico entre los dedos.
Ahora que la banalidad se traviste
de tragedia y todo lo contrario.

Ahora que todos nuestros amigos
se han marchado por donde vinieron.
Ahora que nos calienta
sin piedad el sol las cicatrices.

Tal vez podamos,
tú y yo,
parar el tiempo
con la mano
y fingir que
tus negros búlgaros 
no van a llegar nunca.

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